Por Karla Chacer
Resulta curioso que todos, o al menos la mayoría, callen o finjan que no pasa nada ante una situación que les afecta a nivel personal y colectivo. No conformes con ello, señalan con ceños fruncidos y dedos acusadores a los pocos que tienen el valor de manifestar su inconformidad, de hacerle frente a la autoridad, de reclamar lo que por derecho les pertenece.
Muchos no dudan en criticar lo que los otros hacen, ¿pero cuántos tomamos un momento para practicar la autocrítica?, ¿para comprender que no solo importamos nosotros sino todos?
Apoyamos reformas sin saber lo que implican, confiando ciegamente en los discursos de políticos que no tienen un historial tan limpio como para pensar que se trata de un acto de buena fe. Rechazamos las marchas, pero cuando las realizan países más desarrollados como Francia, España u otros, las vemos como algo que sí tiene una buena razón de ser. Y a pesar de que otros países como Argentina pasaron por algo semejante a lo que estamos pasando en estos momentos, preferimos no informarnos y solo alimentar nuestro juicio a partir de aquellos noticieros de TV abierta que por años y años han maquillado la realidad.
La pregunta más importante: ¿qué tiene que suceder para que nos atrevamos a quitarnos la venda de los ojos?
Feminicidios, hostigamiento por parte de las autoridades, corrupción, delincuencia, inseguridad, desaparecidos, una educación pública que amenaza con desaparecer… ¿dejaremos que la lista aumente en vez de que disminuya o sea eliminada? No pido perfección, porque esa no existe, pero sí creo que podemos y merecemos una calidad de vida digna, sin importar religión, sexo o clase social a la que pertenezcamos.
Que las cosas mejoren depende mucho de uno, de nosotros; todo está en que reconozcamos aquello que está mal y hagamos lo posible por cambiarlo. No será sencillo, nadar contracorriente nunca lo es, pero muchas veces los beneficios pueden ser muy gratificantes.
Dejemos de ver pasar las injusticias desde la comodidad de nuestro sillón y veamos cómo podemos ayudar ¿Que no estamos de acuerdo con las marchas y plantones? Bueno, busquemos y propongamos nuevas alternativas que abran las posibilidades a ser escuchados por las autoridades.
Sí, está muy de moda eso de “viva feliz hoy, que no le importe lo que el resto haga o diga”, bueno, aprovecho para preguntar: ¿estamos teniendo buenos resultados? Y tal vez suene trillado citar la frase “divide y vencerás”, pero la escuchamos a cada rato y la vemos a cada momento que hemos terminado por normalizarla y ser cómplices pasivos de esa construcción social que a diario criticamos.
Observemos las cosas de una forma más abierta, dispuestos a comprender por qué el otro se ve obligado a actuar de cierta forma, es ahí donde está la clave.
“La mente es como un paracaídas, solo funciona si de abre.” (Albert Einstein)