Zitácuaro. Michoacán.- La seguridad pública en esta demarcación del oriente de Michoacán se encuentra en manos inexpertas, autoritarias y poco respetuosas de los derechos humanos, tanto de la ciudadanía como de los integrantes de nivel medio para abajo de la dependencia encargada de estas tareas.
En las últimas dos semanas, se registraron varias desapariciones que hicieron aflorar todas las deficiencias de César Iván Marín Jaimes, David Alejandro Olmos Esquivel y José de Jesús Flores García, director de seguridad pública, presunto subdirector operativo y comandante regional de Zitácuaro de la Policía Michoacán, respectivamente.
Las denuncias ciudadanas, tanto en medios impresos como electrónicos digitales, son la regla y no la excepción sobre el pésimo funcionamiento de la dependencia, que en los poco más de dos años de gestión del empresario constructor perredista Carlos Herrera Tello ha recibido cuantiosos recursos para capacitación, equipamiento e infraestructura.
La inconformidad de la población hacia los directivos de la dependencia no ha sido atendida, escuchada por el alcalde. Es más, Marín Jaimes fue reinstalado a pesar del descontento y, sobre todo, de ser objeto de investigación por parte de la Visitaduría en Zitácuaro de la CEDH por la muerte de dos personas en el área de barandilla.
Esta fue la tarjeta informativa que remitió la CEDH a Monitor Expresso sobre ambos decesos:
-Queja ZIT/98/2016
Por el fallecimiento de una persona Juan M. en barandilla en contra del director de Seguridad Pública de Zitácuaro, por violación a los derechos de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión e ineficiente prestación del servicio médico.
Por estos hechos, la CEDH emitió la recomendación 081/2016 al presidente municipal de Zitácuaro, misma que se encuentra en etapa de cumplimiento.
-Queja ZIT/155/16
Por el fallecimiento de una persona Elías V. en barandilla en contra del director de Seguridad Pública de Zitácuaro por violación a los derechos de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión.
Por estos hechos la CEDH emitió la recomendación 080/2017 al presidente municipal de Zitácuaro, misma que se encuentra en etapa de contestación de si es aceptada o no.
Marín Jaimes era titular de Seguridad Pública cuando ocurrieron ambos eventos y los familiares de los occisos cuestionaron versiones oficiales en el sentido de que las muertes fueron por suicidio.
Bajo este contexto, a la opinión pública y algunos regidores les resultó inexplicable que Marín Jaimes regresara como director de Seguridad Pública, tras una ausencia de meses.
Otro elemento que este medio recopiló para este reportaje es que Marín Jaimes, oriundo del municipio de Jungapeo, no tenía una trayectoria de nivel para ocupar un puesto tan delicado.
Algunos elementos de la corporación comentaron a este medio que la corporación es en la práctica conducida por Olmos Esquivel, quien también no tendría la formación y la experiencia necesaria.
Un dato que también fue filtrado a Monitor Expresso es que el presunto subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Pública no aprobó los exámenes de control y confianza a los que fue sometido recientemente.
Pero en esta situación, abundaron las fuentes, estaría el 50 por ciento de los elementos de la corporación, corporación que, según Marín Jaimes y el propio Herrera Tello, tiene más de 400 efectivos en operación.
De acuerdo con las mismas versiones, al interior de esa dependencia se manejarían dos nóminas: una para el personal certificado (se paga vía Fortaseg) y otra para los reprobados y aviadores.
La alta cifra de elementos sin certificación pone en entredicho los aplausos del edil zitacuarense sobre la policía municipal, pero evidencia que las sumas de recursos destinadas para la capacitación fueron prácticamente desaprovechadas.
En varias ocasiones algunos regidores recomendaron al jefe de la Comuna zitacuarense y al director de Seguridad Pública cuidar la aplicación del recurso, además de transparentar su uso.
La desaparición, durante casi una semana, de cuatro policías municipales agravó o profundizó la crisis en que está inmersa la dependencia al mando de Marín Jaimes y Olmos Esquivel. Lejos de asumir la realidad, ambos la niegan.
A los cuatro elementos que presuntamente habían enviado a un curso a Morelia los señalan de extorsionadores, sin presentar hasta ahora pruebas.
Sin conocer las causas de su traslado y retención por más de cinco días en una zona de la capital michoacana, los policías ya levantaron quejas y denuncias penales ante la Visitaduría en Zitácuaro de la CEDH y la Fiscalía Regional.
El organismo encargado de salvaguardar el respeto a los derechos humanos precisó que las quejas se levantaron bajo los conceptos de violación al derecho a la libertad, detención ilegal, violación al derecho a la legalidad y seguridad jurídica, violación al derecho a la debida diligencia y a la fundamentación y motivación de los actos de una autoridad.
Se responsabiliza de ello a Marín Jaimes, Olmos Esquivel y Flores García. Este último, por cierto, no hizo aparición pública durante casi una semana y luego de que los cuatro policías municipales retornaran a la demarcación y denunciaran los hechos.
Ante la pasividad del gobierno municipal para esclarecer el asunto, los cuatro elementos –tres de ellos aprobaron recientemente los exámenes de control y confianza- consideran acudir a instancias nacionales e internacionales a fin de que se les haga justicia.
El problema puede agigantarse, toda vez que entre los cuatro desaparecidos había una mujer que estaba embarazada y, por golpes recibidos, tuvo que someterse a un legrado.
Tanto Herrera Tello como el secretario del ayuntamiento Carlos Hurtado ya dialogaron con los elementos, pero nada concreto salió de ello.
El primero les recomendó asesorarse con un abogado, mientras que el segundo les dijo que pertenecían al Mando Único y de ahí la imposibilidad de la autoridad local para atender y solucionar el conflicto.
El encargado de la política interna del municipio dijo una verdad a medias, porque la organización Causa Común indica lo siguiente para Michoacán:
“Mando Único: En la entidad se le denomina Mando Unificado consiste en la firma de un convenio donde el municipio cede a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal la operación de su policía para abordar las cuestiones relacionadas con la seguridad pública.
“Hay una comisión integradora, conformada por: el Secretario de Seguridad Pública, el Presidente municipal, el Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública del Estado y el Secretario de Finanzas y Administración de Michoacán.
“Entre ellos designan un mando para la Policía Municipal que estará bajo las órdenes del Secretario de Seguridad Pública del Estado. En cuestión financiera, el municipio sigue al cargo de los pagos de sus policías y la estatal de los suyos. Al momento de la última visita, 108 municipios de 113 estaban integrados bajo dicho esquema”.
A pesar de todos los cuestionamientos a la dependencia encargada de la seguridad pública en Zitácuaro, la dirección que encabeza Marín Jaimes tiene desplegada en Facebook la siguiente frase:
“Misión: salvaguardar la integridad física moral y social de la población en general sin importar condición social, raza o género basados en los principios de legalidad, honradez, eficiencia, profesionalismo, objetividad y con apego a los derechos humanos”.
Semanas atrás, decenas de ciudadanos de la cabecera municipal anunciaron la integración de un grupo de autodefensa, ante la multiplicación de todo tipo de robos en la zona surponiente de la ciudad y de la pasividad y complicidad de algunos policías municipales.
Por último, debe anotarse que según las estadísticas de los últimos 12 meses de la CEDH, en Zitácuaro se levantaron 138 de las 411 quejas correspondientes a la Visitaduría Regional que encabeza Froylán Vázquez Aragón, y gran parte de ellas fueron contra la Dirección de Seguridad Pública local y la PGJE.
Este medio conoció que antes de las desapariciones de los cuatro policías municipales, Marín Jaimes realizó una visita de carácter desconocido a la sede de la Visitaduría, en el nororiente de la ciudad.