Mundo. – Tapar la cámara del celular, antes visto como una medida extrema, se ha vuelto una práctica común entre usuarios preocupados por su privacidad. El aumento de malware capaz de activar cámaras y micrófonos sin permiso ha llevado a que más personas adopten esta barrera física como protección adicional.
La popularización de la medida comenzó en 2013, cuando Edward Snowden, exanalista de inteligencia estadounidense, reveló a la BBC que agencias como la NSA y el GCHQ británico podían acceder de forma remota a dispositivos móviles y activar la cámara sin que el usuario lo notara.
Aunque la principal vía de espionaje digital sigue siendo la instalación de spyware a través de apps no oficiales o enlaces maliciosos, expertos recomiendan otras medidas preventivas: revisar los permisos de las aplicaciones, evitar redes Wi-Fi públicas, mantener el sistema operativo actualizado y estar atento a señales de infección, como consumo anormal de datos, batería que se agota rápido o apps desconocidas.
En caso de sospecha, se sugiere usar un antivirus o restaurar el dispositivo a su configuración de fábrica.








