Fotografía/Twitter @gmedical
Nueva Zelanda.- En la Isla Norte de Nueva Zelanda y a las afueras de la ciudad de Gisborne, el Rere Rockslide es una de las atracciones más impresionantes del mundo. Se trata de un gigantesco tobogán natural en el que deslizarse no sólo es posible sino necesario.
Este tobogán toma sus aguas del río Wharekopae y está asentado sobre una inmensa roca lisa de mármol, material muy deslizante. Esto, junto con la pequeña película de agua que se desliza sobre la superficie hace lo convierten en un divertido tobogán que da a parar a una gran poza de agua a la que caer tras deslizarse.
El Rere Rockslide tiene 60 metros de largo y se sitúa en un ángulo de unos 30º pero, sin duda, lo que lo convierte en realmente especial es su anchura, lo suficiente para que se lancen varias personas a la vez sin peligro a sufrir ningún accidente.
Así, cada verano neozelandés (de diciembre a marzo) el Rere Rockslide se llena de gente que quiere disfrutar de esta atracción, una de las más importantes del país. Tanto es así, que quiera deslizarse por él con todo tipo de accesorio -neumáticos, tablas de bodyboard, colchonetas hinchables o cualquier cosa que tenga una cámara de aire- tendrá que llegar pronto, pues a medida que se alcanza el mediodía, la cantidad de gente aumenta.
Fuente: El Periódico
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