Mundo. – Durante la temporada invernal, las infecciones respiratorias agudas (IRA) son uno de los problemas de salud más frecuentes debido a los cambios bruscos de temperatura, vientos fuertes y clima variable, que favorecen la propagación de virus que afectan las vías respiratorias. Estas infecciones pueden comprometer la salud de toda la familia, especialmente si no se toman medidas adecuadas.
Las IRA pueden afectar diversas áreas del cuerpo, como los oídos, nariz, garganta y pulmones. Aunque la mayoría de las infecciones son causadas por virus que no requieren tratamiento antibiótico, su rápida propagación puede generar complicaciones graves, sobre todo en personas con sistemas inmunológicos vulnerables. En general, estas infecciones se autolimitan y duran menos de un mes, pero pueden ser incapacitantes.
Grupos más vulnerables: Los niños y adultos mayores son los más susceptibles a sufrir infecciones respiratorias agudas debido a la fragilidad de su sistema inmunológico. Los expertos recomiendan tener un mayor cuidado y protección en estos grupos, especialmente durante los meses fríos.
Prevención: El médico especialista Conrado Polanco Ortíz ofrece varias recomendaciones para prevenir las IRA y reducir su impacto:
- Higiene adecuada: Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, sobre todo antes de comer y después de ir al baño.
- Evitar compartir utensilios: No compartir cubiertos, vasos o alimentos para evitar la propagación de infecciones por saliva.
- Abrigo apropiado: Vestir ropa adecuada para la temporada, protegiendo el cuello, pecho y espalda.
- Buena ventilación: Mantener los espacios cerrados bien ventilados y cubrirse adecuadamente para evitar la exposición a corrientes de aire.
- Uso de soluciones electrolizadas de superoxidación (SES): Estas soluciones pueden ser utilizadas como preventivo y tratamiento en las vías respiratorias altas.
En caso de presentar síntomas como tos, estornudos, escurrimiento nasal o dolor de cabeza, se recomienda acudir al médico y descansar para evitar contagios. La prevención y el autocuidado son fundamentales para proteger tanto a los enfermos como a toda la comunidad.