Civilizarse es inventar las formas menos violentas de normar la conducta de los ciudadanos y de autodominarse voluntariamente.
El salvajismo es usar la fuerza bruta para conseguir imponer la paz entre los individuos, a través del terror y de castigos horrorosos.
Del siglo XVI al XX, parecía que se había logrado imponer la civilización a través de las democracias y la educación.
Un uso de la fuerza por parte de los gobiernos para mantener el orden, la paz y la seguridad fundado en leyes que protegieran los derechos de los ciudadanos, todos iguales ante la ley: el sueño de la Revolución Francesa de 1789 y un poco antes con la fundación del LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, constituido por las trece colonias inglesas en Norteamérica.
Por el lado educativo se contribuye a civilizar al pueblo con la educación de respeto a La Patria; a los padres, a las autoridades legítimas, a las creencias de cada quien y a formarse en la honestidad, veracidad, justicia y misericordia.
¿CÓMO NO SER CIVILIZADO?
No respetando las leyes del país, ni los derechos de los ciudadanos, constituyendo zonas de anarquía, de ausencia de Estado de derecho, permitiendo el que grupos de civiles gansteriles sean un gobierno paralelo al legal o hasta infiltrándolo, controlándolo y sometiéndolo a su poderío, los que sucede en varios estados de México, notoriamente en Michoacán desde hace veinte años.
Por el lado de la educación despreocupándose de los contenidos racionales y morales de la formación intelectual y moral.
El permitir que los hijos dejen de respetar a sus padres, a sus hermanos y demás familiares; el alentar la agresividad, egoísmo e irrespeto a todos, incluyendo a los ancianos, personas con capacidades diferentes, autoridades civiles, pedagógicas y religiosas; el permitir y hasta propiciar en los hijos las actitudes violentas, groseras y pandilleriles.
El no reconocer la autoridad de los docentes y ponerse los padres de parte de los hijos, flojos, groseros y pendencieros, en detrimento de la autoridad de los maestros.
El permitir o alentar las acciones adictivas en los hogares, la vagancia, el ocio y las adicciones en general; en el no poner límites de respeto, orden y buenas costumbres.
Todo confluye a que cada día la labor civilizatoeia de Vasconcelos, Tata Lázaro, Antonio Caso, Samuel Ramos y Tata Vasco, sea destruída por los michoacanos malvados, inconscientes o simplemente dementes.
PERO LOS VERDADEROS RESPONSABLES DE LA DESTRUCCIÓN DE LA CIVILIZACIÓN EN MICHOACÁN SON LOS PADRES DE FAMILIA, LAS IGLESIAS, LOS CRIMINALES, LAS MALAS AUTORIDADES, EL MAL EJEMPLO DE LOS NARCOS Y LOS MEDIOS MERCANTILISTAS Y MENTIROSOS DE COMUNICACIÓN, AL SERVICIO DEL CRIMEN ORGANIZADO Y DEL GOBIERNO CHAYOTERO E INEPTO.
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