México. – Un terremoto de magnitud 6.8 ocurrió el lunes por la noche en el suroeste de Japón, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), y provocó dos pequeños tsunamis en la zona. Afortunadamente, no se reportaron daños graves. Este suceso destaca la importancia de comprender qué es un tsunami y cómo se clasifican.
Un tsunami, palabra de origen japonés que significa “ola de puerto”, es un fenómeno natural generado por un sismo submarino. Este desplazamiento violento de grandes masas de agua puede generar olas gigantes que recorren distancias largas y causan destrucción al llegar a la costa. A diferencia de las olas del viento, los tsunamis son mucho más poderosos y devastadores.
Existen tres tipos de tsunamis: locales, regionales y lejanos (o transpacíficos). Los tsunamis locales ocurren cerca del lugar de origen, mientras que los regionales afectan áreas a menos de 1,000 km. Los tsunamis lejanos son los que recorren distancias superiores a 1,000 km.
Para que un sismo genere un tsunami, es necesario que ocurra en el fondo marino, con un movimiento vertical de las placas tectónicas a menos de 60 km de profundidad. Aunque los tsunamis son comúnmente causados por sismos, también pueden originarse por erupciones volcánicas submarinas, deslizamientos de tierra o impactos de meteoritos.
Cuando un tsunami se genera, las olas viajan a gran velocidad y tienen una longitud considerable, pero su altura en aguas profundas es pequeña. Al llegar a la costa, estas olas se elevan y pueden causar daños devastadores. Estos daños se dividen en primarios, como inundaciones y destrucción de infraestructuras, y secundarios, como incendios, explosiones, y caídas de líneas eléctricas.
Los tsunamis son fenómenos naturales impredecibles que requieren preparación para mitigar sus efectos destructivos.