Staff Mónica Castillo
El periodo en que un niño o niña comienza su etapa de escuela trae consigo sentimientos encontrados, sobre todo para los padres de familia. Por un lado, llega el sentimiento de emoción por comenzar una nueva etapa en la vida del niño o niña en la que estarán inmersos a partir de ese momento y en la que vivirán nuevas aventuras que les proporcionarán grandes aprendizajes en diversos aspectos, ya que su circulo de convivencia crece, así como sus responsabilidades y obligaciones.
Por otro lado, la mayoría de las ocasiones nos invaden sentimientos no tan agradables, un ejemplo de ello es la tristeza, misma que llega al momento de pensar que el niño o niña ha crecido, que ya no es aquél bebé que dependía al cien por ciento de nosotros, al contrario, comienza una búsqueda de independencia en ciertas conductas. El miedo es otro sentimiento que surge en ese momento de inicio de una nueva etapa, miedo a pensar en que algo le pueda pasar si no está al cuidado de los padres, con la creencia errónea de que son los únicos que saben cómo cuidarlo, así como satisfacer sus necesidades.
Surge en este punto una pregunta importante ¿Está tu niño o niña preparado para esta etapa?
A ti como padre de familia te preocupa principalmente si tu niño o niña ha alcanzado el nivel de madurez adecuado para dar este paso tan importante en su vida, si en realidad está preparado para separarse de ti, de su entorno familiar y comenzar a formar su propio contexto. Es por este temor o preocupación que la mayoría de las ocasiones, se toma la decisión de retardar este proceso, sin tener conocimiento de que lo único que se está haciendo al tomar esta decisión es retardando la independencia y seguridad del niño.
. El estar preparado para ingresar a la escuela se refiere al logro de los niños en un conjunto de destrezas emocionales, de comportamiento y cognoscitivas que se necesitan para aprender, trabajar y funcionar exitosamente en la escuela.
Es complicado marcar un estándar que indique el momento indicado en el que el niño o niña están preparados para la escuela, ya que la destrezas se desarrollan en momentos diferentes en cada niño, así que cada niño irá pidiendo aquello que requiere para satisfacer sus necesidades. No resulta razonable esperar que todos los niños de cinco años tengan el mismo nivel de preparación que se necesita para adquirir destrezas tempranas de lectura, matemáticas y sociales o que tengan los mismos niveles de capacidad de concentración o destrezas motoras.
Avances de un niño o niña que ha ingresado a preescolar:
Que un niño o niña esté preparado para la escuela significa que está listo para ingresar en un ambiente social centrado principalmente en la educación
•La habilidad de seguir las estructuradas rutinas diarias
•La habilidad de vestirse independientemente
•La habilidad de trabajar independientemente con supervisión
•La habilidad de escuchar y poner atención a lo que alguien más está diciendo
•La habilidad de llevarse bien y de cooperar con otros niños
•La habilidad de jugar con otros niños
•La habilidad de obedecer reglas simples
•La habilidad de trabajar con rompecabezas, tijeras, colores, pintura, etc.
•La habilidad de escribir su propio nombre o adquirir la destreza con enseñanza
•La habilidad de contar o adquirir la destreza con enseñanza
•La habilidad de recitar el alfabeto (o aprenderlo rápidamente con enseñanza)
•La habilidad de identificar tanto formas geométricas como colores
•La habilidad de identificar unidades de sonido en las palabras y reconocer el ritmo
¿Cómo influyen los padres de familia en la preparación de un niño o niña para la escuela?
El ambiente familiar es muy importante para darle la forma adecuada al desarrollo temprano de los niños. Algunos factores familiares que pueden influenciar la preparación para la escuela incluyen:
•Familias de bajos ingresos económicos: Frecuentemente se asocia la poca preparación para la escuela con la pobreza.
•Estructura familiar estable: Los niños con hogares estables de dos padres tienden a estar más preparados que los niños de familias de un solo padre y de hogares donde las personas que los cuidan son reemplazadas por otras personas frecuentemente.
•Ambiente familiar enriquecido: Los niños de hogares donde los padres hablan con sus hijos, entablan conversaciones, les leen, y participan en métodos de disciplina como los momentos de silencio absoluto que fomentan la auto-disciplina, tienen mejores destrezas de preparación.
•Leer libros a su niño o niña y también leer juntos.
•Pasar tiempo con su niño o niña, incluyendo jugar juntos, abrazarse y acurrucarse.
•Organizar y poner en práctica una rutina dentro de su hogar
•Reservar un momento especial para hablar con su niño o niña.
•Animar a su niño o niña a formarle preguntas y asegurarse de que reciban respuestas.
•Participar en lecturas informales en casa y actividades con números.
•Fomentar el desarrollo cognoscitivo de su niño o niña enseñándole y animándolo a pensar acerca del mundo que lo rodea.
•Fomentar los juegos que ayuden a desarrollar destrezas para aprender a leer y escribir, para resolver problemas, para ser creativos y usar la imaginación.
•Familiarizar a los niños con el alfabeto y los números.
•Asegurar la oportunidad de desarrollar destrezas sociales a través de grupos de juego para niños o actividades preescolares más formales.
•Fomentar los comportamientos que muestren respeto y cortesía.
•Animar a los niños a aceptar responsabilidad y desarrollar competencia a través de tareas simples, como guardar sus juguetes y no dejar la ropa tirada.
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