Quebec.- Comer en exceso de manera frecuente durante la etapa preescolar podría ser una señal temprana de problemas de salud mental, según un estudio publicado en la revista BMC Pediatrics. Investigadores de la Universidad de McGill, en Quebec, encontraron que los niños y niñas que comen en exceso con regularidad son más propensos a presentar dificultades emocionales en la adolescencia, como ansiedad, impulsividad e hiperactividad.
El estudio dio seguimiento a más de dos mil menores desde la primera infancia hasta los 15 años, identificando tres patrones de alimentación: el 60% nunca comió en exceso, el 14% comenzó entre los dos y cuatro años, y el 26% a partir de los cuatro años. Los investigadores destacaron que comer en exceso de forma continua puede reflejar una forma de “tragarse las emociones” y no solo un hábito alimenticio.
Linda Booij, profesora de psiquiatría y autora principal del estudio, explicó que este comportamiento podría reflejar luchas emocionales no expresadas. Advirtió que imponer restricciones alimentarias estrictas no es la solución, ya que podrían agravar el problema y aumentar el riesgo de trastornos alimentarios más adelante. En cambio, recomendó que padres y cuidadores presten mayor atención al bienestar emocional de los niños.
El equipo también analizó la alimentación quisquillosa, sin encontrar relación con trastornos mentales en la adolescencia. Los expertos señalaron que esta conducta suele ser una fase normal del desarrollo, aunque puede requerir atención si persiste o afecta la nutrición y el crecimiento del menor.








