Querétaro.- El Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV) en su Unidad Querétaro, reportó que ha creado un biomaterial a base decamarón, langosta y langostilla para tratar lesiones por quemadura de primer y segundo grado.
Las infecciones generadas durante el proceso de tratamiento de una quemadura constituyen la principal amenaza vital en los pacientes tras una quemadura severa, la lesión térmica deprime la respuesta inmune sistémica, de forma proporcional a la severidad de la agresión, por lo que resulta primordial buscar un material que combata dichas infecciones.
La información difundida indica que con dicho biomaterial es posible regenerar los tejidos y además evitar contaminación bacteriana. El material desarrollado es un polímero de origen natural obtenido a partir de desechos del camarón, langosta y langostilla que, en combinación con nanopartículas de plata, formaron películas y esponjas que permiten que al contacto con células de hueso, cartílago y piel, proliferen y no cambien su fenotipo celular, según el reporte presentado por CONACYT PRENSA.
Proyecto Interinstitucional
Este proyecto es desarrollado en conjunto con el Instituto Nacional de Rehabilitación, en la Ciudad de México, bajo el liderazgo de María Cristina Velasquillo Martínez, Subdirectora de Investigación Tecnológica de aquella institución de salud.
El investigador del Cinvestav Unidad Querétaro Gabriel Luna Bárcenas mencionó que si bien existen desarrollos donde se emplea el desecho de los crustáceos, la innovación de este material es que se logró el balance, tamaño, forma y composición de un material inteligente que además de permitir la regeneración de las células impide el ataque por bacterias que pueden afectar el proceso de sanación de una persona.
“En las pruebas de laboratorio con ratones hemos comprobado que una lesión por quemadura que normalmente tarda 21 días en cicatrizar, con esta película la sanación es tres veces más rápida que con los tratamientos convencionales, además de que evita infecciones durante la recuperación”, aseguró el investigador.
El experto del Cinvestav Unidad Querétaro mencionó que ya se tiene un convenio con el Instituto Nacional de Rehabilitación para que, en su momento y con los protocolos necesarios, se pueda aplicar esta tecnología en seres humano.
Con información de CONACYT PRENSA