Parece ser que Cuauhtémoc Blanco pasará a la historia como el futbolista que intentó ser presidente municipal, ¿y por qué no? Hemos tenido brillantes actores que se han convertido en políticos e incluso dirigido al país más poderoso del mundo; tal y como sucedió con Ronald Reagan, quien ocupó la presidencia de Los Estados Unidos en la década de 1980.
Sin embargo, el caso del Cuau nos deja ver cómo la democracia mexicana ha dejado de representar una opción para lograr verdaderos representantes populares y sólo conseguir el poder por el poder.
Cuernavaca era considerado uno de los destinos preferidos de los originarios del Distrito Federal, ya que su clima es ideal para una vacación breve o una estancia de fin de semana que permita alejarse del bullicio de la Ciudad, pero desde hace algunos años (aproximadamente cinco) las quejas sobre el alza de delitos han crecido de manera exponencial; al igual que los retos para enfrentar el crecimiento urbano que trae consigo un aumento de demanda de servicios, más autos y por supuesto mayor seguridad.
Esta semana, la empresa encargada de la recolección de basura se manifestó frente a la Presidencia Municipal para exigir el pago por sus servicios; terminó el asunto como encontronazo entre los policías y los trabajadores. El Cuau sólo se limitó a decir que el contrato lo habría firmado y pactado la administración anterior.
Este hecho nos da cuenta una vez más quien dirige nuestras instituciones; alguna vez cierto personaje político, después de una larga y extenuante campaña se reunió con sus colaboradores, quienes con el triunfo en el bolsillo estaban ansiosos de saber las funciones que asumirán.
Al preguntarle al personaje, ¿qué sigue? ¿Para dónde vamos?¿qué haremos? El personaje sentado en su silla presidencial sólo se remitió a decir: yo pensé que solo era para la foto.
Solo eran una foto y algunos discursos, lamentablemente esa es la percepción de los recién llegados a la política; así vemos cómo los votantes estamos cayendo en “la trampa de la ciudadanización de la política”, en la que pensamos que llevando a independientes o al hijo del pueblo lograremos una sociedad más justa, equitativa y progresista.
El caso del Cuau, es sólo una muestra que proviene de una ciudad que anteriormente era considerada un destino turístico por excelencia y ahora veremos si sobrevive este periodo de gobierno.
Apunte: En Morelia, como dice el dicho, también se cuecen habas.
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