Zitácuaro, Michoacán.- El consumo de drogas como el cristal afecta ya a menores de edad en Zitácuaro, alertó Rafael Piña Mejía, director y representante legal del Grupo Serenidad Azteca A.C (GRUSAAC), al adelantar la mudanza y ampliación del centro de tratamiento para adicciones que tiene ese colectivo en esta cabecera municipal.
En una entrevista de 15 minutos de duración realizada en la zona centro de la ciudad, Piña Mejía convocó a la toda sociedad zitacuarense y las autoridades de los tres niveles de gobierno a sumar esfuerzos para detener un fenómeno adictivo que desarticula familias y colectivos sociales.
“El cristal está desplazando al alcohol del primer lugar en adicciones, tanto entre jóvenes como menores de edad”, sostiene.
Argumenta que una consecuencia de ello, es la mudanza y ampliación del centro de tratamiento del GRUSAAC a un predio más amplio para atender a más usuarios con una mayor y mejor infraestructura.
“Zitácuaro tiene mucha necesidad de un recinto de dicha naturaleza. Comenzamos hace un año en la zona norponiente de la ciudad. Ahora, nos trasladaremos al sur de la ciudad y tendremos la posibilidad de atender a unas cien personas, contra 60-70 de antes”.
Piña Mejía es directo y puntualiza que la raíz de los problemas de adicción a las drogas o el alcohol es social, “una persona que no tiene trabajo y si lo tiene es mal pagado, puede recurrir al alcohol o a las drogas para olvidarse de los problemas. También, para mitigar males profundos y de infancia”.
El director de GRUSAAC abunda en este punto al detallar que los jóvenes recurren más al cristal porque “tiene un efecto más prolongado que el alcohol y, en algunos casos, es más económico conseguirlo”.
Ahora se aborda el tema de los métodos que se aplican para tratar los casos de adicción que llegan al centro de rehabilitación, “las personas llegan en condiciones deplorables, cargando un fuerte rechazo social, sin esperanza de vida.
“Inmediatamente se busca que sientan el apoyo para que se incorporen el tratamiento de forma natural…estos trabajos los realizan muchas personas que tienen experiencia en adicciones. Es primordial que los usuarios recuperen la esperanza de vida”.
Piña Mejía dice después que, en función de la edad, un plazo promedio para que la persona recupere cierto nivel de estabilidad emocional, es no menos de un año, “la adicción a las drogas o el alcohol es una enfermedad para toda la vida”, subraya pero a renglón seguido establece: “sin embargo, hay vías para tratarla y eso hacemos en el centro del GRUSAAC”.
En las instalaciones del inmueble habrá talleres de carpintería, serigrafía y herrería, además de que se impartirán clases a través de personal del INEA, el directivo confía que en el corto y mediano plazo las autoridades municipales y estatales sumen apoyos, esfuerzos para que haya más centros de este tipo en todo Michoacán.
“Hacen falta este tipo de ayudas en todos los municipios de la entidad”, añade y precisa que las tareas de rehabilitación de personas adictas a las drogas y el alcohol implican importantes inversiones de capital económico y humano.
Por último, Piña Mejía relata que GRUSAAC tiene una trayectoria de ocho años de trabajos sin fines lucrativos y que su meta será siempre la de reintegrar productiva y socialmente a todos quienes acuden a su asistencia de tratamiento y rehabilitación para adicciones.








