Mundo.- Israel ha generado una fuerte indignación internacional tras atacar nuevamente a los cascos azules de la ONU en Líbano, lo que ha llevado a las Naciones Unidas a pedir un cese el fuego inmediato en el conflicto con Hezbolá. Los ataques han dejado un saldo de 22 muertos, 2 de ellos de las fuerzas de la ONU.
El Ejército israelí justificó su acción al decir que disparó contra una “amenaza” cercana a las fuerzas de la ONU, además anunció que está llevando a cabo una investigación.
La Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), que está compuesta por batallones multinacionales, informó que sufrió explosiones en su cuartel general, resultando en heridas para cuatro cascos azules. Este ataque provocó reacciones de líderes mundiales, incluyendo al presidente de EE. UU., Joe Biden, quien pidió a Israel que detenga los disparos, y al primer ministro español, Pedro Sánchez, quien solicitó un alto en el suministro de armas a Israel.
El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó el ataque como “una violación del derecho humanitario internacional” además de que la FINUL afirma que estos ataques suponen un riesgo para las fuerzas de la paz.
El primer ministro libanés, Nayib Mikati, solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU un cese de hostilidades y propuso que sólo el Ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU operen en el sur del país, afirmando que Hezbolá está de acuerdo con esta medida.