Mundo. – Este estudio se centra en identificar biomarcadores en la sangre, con el objetivo de encontrar una opción de diagnóstico menos intrusiva y más disponible.
Se estima que la introducción de este examen de sangre podría reducir la necesidad de otros métodos diagnósticos en hasta un 80 por ciento.
Tradicionalmente, la confirmación de la enfermedad de Alzheimer solo era factible mediante la evaluación post mortem del tejido cerebral. Sin embargo, el descubrimiento y la aplicación de biomarcadores específicos han facilitado métodos diagnósticos menos invasivos, como el análisis del líquido cefalorraquídeo.
En este contexto en evolución, un estudio publicado en la respetada revista JAMA Neurology, con la participación de investigadores del Hospital de Sant Pau en Barcelona, ha revelado que un análisis de sangre puede diagnosticar el Alzheimer con una precisión cercana al 95 por ciento.
El objetivo principal de esta investigación es identificar biomarcadores en la sangre como una opción de diagnóstico menos invasiva y más accesible para esta enfermedad.
El descubrimiento clave de este estudio es la presencia de la proteína TAU fosforilada 217 (p-tau217), que ha demostrado una precisión diagnóstica excepcionalmente alta. Según los informes del hospital catalán, esta proteína emerge como un marcador confiable y efectivo para detectar la enfermedad de Alzheimer.
Implicaciones y ventajas del nuevo enfoque diagnóstico
El estudio no solo válida la efectividad de la p-tau217, sino que también resalta su capacidad para detectar cambios en las primeras etapas de la enfermedad, incluso antes de que los síntomas clínicos se manifiesten.
Esta cualidad es de suma importancia, ya que posibilita intervenciones más tempranas y potencialmente más eficaces. El doctor Daniel Alcolea, quien investiga en el Grupo de Neurobiología de las demencias en el Institut de Recerca Sant Pau y dirige la plataforma de biomarcadores de la Unidad de Memoria del mismo hospital, enfatiza la superioridad de este biomarcador sobre otros actualmente en estudio.
Otro punto destacado de este avance es su capacidad para reducir significativamente la necesidad de pruebas adicionales, las cuales actualmente son cruciales para confirmar el diagnóstico de Alzheimer. Se estima que la introducción de este análisis de sangre podría reducir hasta en un 80% la dependencia de otras pruebas diagnósticas.
El estudio se fundamentó en el análisis de muestras de 786 pacientes, con una edad promedio de 66.3 años, provenientes de Suecia. Además, se incorporaron datos de tres cohortes observacionales de gran importancia: la Translational Biomarkers in Aging and Dementia (TRIAD) de Canadá, la Wisconsin Registry for Alzheimer’s Prevention (WRAP) de Estados Unidos y la Sant Pau Initiative on Neurodegeneration (SPIN) de Barcelona.
Este hallazgo no solo marca un avance significativo en la lucha contra el Alzheimer, sino que también representa un testimonio del progreso continuo en la investigación médica y el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas. Su impacto va más allá del ámbito médico, ofreciendo esperanza y nuevas perspectivas a millones de personas afectadas por esta condición en todo el mundo.