Por Paulette Méndez
La industria del cine y la televisión de EEUU han encontrado en la Cuba del deshielo el escenario perfecto para sus producciones. La Habana, destino de moda en el último año para turistas, modelos, músicos y fotógrafos famosos, se convertirá la próxima semana en el plató de la exitosa “House of Lies”, la primera serie de ficción estadounidense que se filmará en Cuba, algo posible en el nuevo contexto de relaciones entre la isla y EEUU.
El rodaje del último capítulo de la quinta temporada, previsto en la capital cubana y sus alrededores, cuenta con la autorización Departamento del Tesoro y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos y ha sido acogido con entusiasmo por el elenco de la serie, protagonizada por Don Cheadle.
En una entrevista publicada en el medio especializado Deadline, Cheadle señaló que su personaje, el consultor Marty Kaan, y su grupo de colaboradores se han trasladado por todo el mundo en la serie, pero apuntó que este “histórico viaje” a Cuba es la “más grande y salvaje aventura” que han vivido.
Entre los actores que interpretan a los miembros de Kaan & Asociados están los conocidos Kristen Bell y Ben Schwartz, quien manifestó su alegría en la red social Twitter, al igual que Helen Hunt, que aseguró estar “emocionada”, ahora en su papel de directora, por “regresar a Cuba a trabajar allí con el magnífico equipo”. “House of Lies” sigue la estela de otros programas televisivos de no ficción que se han filmado en Cuba, como el espacio humorístico nocturno “Late Night with Conan O’ Brien” y la serie documental “Cuban Chrome”, sobre los coches norteamericanos o “almendrones”, devenidos en símbolos de la isla caribeña.
Filmes como la segunda parte de “The Godfather” y “Habana”, de Sydney Pollack, tuvieron que ser filmadas en la cercana República Dominicana y no fue hasta 2014 que la OFAC autorizó la grabación de “Papa”, la cinta sobre los “años cubanos” del escritor Ernest Hemingway que significó el regreso de Hollywood a la isla. Ahora, con la normalización de relaciones a toda marcha, los grandes estudios y cadenas aspiran a no quedarse fuera.