Por Padre José Luis Segura Barragán
La violencia en Michoacán no cesa, más bien aumenta. Todos los asesinados merecen respeto y una mención en los medios, pero hay algunas muertes que tienen mayor resonancia en la sociedad. El asesinato del director del Tecnológico de Apatzingán, del profe Palafox, como coloquialmente se le conocía y nombraba, porque era un deportista consumado, un amigo cordial y un ciudadano de bien.
El mismo día de su asesinato, también mataron a una señora de la colonia El Varillero cundo salió a defender a su hijo que era levantado, desafortunadamente los secuestradores la asesinaron y de su hijo no se sabe nada. El señor Noé Morales, hombre honesto, humilde y trabajador, fue secuestrado y aunque se pagó el rescate también fue encontrado asesinado. Matar en Apatzingán y sus alrededores es una diversión de los malandros y un gozo de las autoridades. Y el excelso y frambuyesco señor gobernador, don Silvano Aureoles Conejo, nos reitera por milésima vez, que en Michoacán no pasa nada. Claro, para él no puede suceder nada, siempre protegido por un escudo de por lo menos cien guaruras de diferente denominación policíaca.
Hoy, domingo 26 de marzo del año del Señor 2017, dejaron como quien no quiere la cosa a dos sujetos descuartizados en el crucero de Parácuaro. Con una leyenda para no se dicha, advirtiendo a ciertos sujetos que tal carnicería es sólo el comienzo. Y es de creerse, porque las aguas narcóticas están muy revueltas, desde que se accidentó un pinzanero, la revancha va de nuevo. Y con la “detención” de cierto chandino y del licaonero de la costa, la cosa se pondrá de pelos.
De los robos nada digo, que a mano armada despojan a damiselas y caballeros de sus flamantes automotores, de los robos a casa habitación, a transeúntes, a maestras y ancianos, porque es de todos sabido que más tardan en entrar los delincuentes a las fiscalías, que los derechos humanos a sacarlos.
Pero es el sino del terracalenteño, llorar sin consuelo, pues lo que no se sabe defender como hombre, llórese como fémina del romance de Granada.